Descripción:  

Este arbusto, también conocido como enebro enano, se identifica muy fácilmente por su crecimiento denso y achaparrado. Las hojas, que crecen muy apretadas sobre las ramas, son pequeñas, ligeramente curvadas o vueltas hacia arriba en el ápice y muy a menudo con la punta roma. El fruto tiene forma globular y al principio una coloración verde clara que se vuelve negro-azulado cuando madura (aproximadamente en el segundo o tercer año).

Hábitat:  

La sabina rastrera crece formando matas desparramadas en las montañas, colinas secas, bosques, páramos y brezales. Forman el estrato arbustivo de los sabinares. Esta planta se puede ubicar en lugares en que las condiciones climáticas son desfavorables, pues puede soportar un intenso frío invernal y una gran sequía durante los meses de verano.

Usos:  

Su madera es muy duradera y posee una suave, persistente y agradable fragancia. Los frutos se emplean normalmente para aromatizar la ginebra o como condimento culinario, y de ellos se extrae también el aceite de enebro, que tiene gran utilidad en medicina y en veterinaria. Toda la planta puede emplearse para elaborar infusiones de propiedades diuréticas.